2011 Año Internacional de los Bosques

 
 
 
2011 Año Internacional de los Bosques

 
 
 

2011, Año Internacional de los Bosques

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución por la que se declara el 2011 Año Internacional de los Bosques. Esta celebración resultará útil para tomar mayor conciencia que los bosques son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta debido a los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. Con este fin, se promoverá la acción internacional en pos de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo de todo tipo de bosques, incluidos los árboles fuera de ellos.
Entre las actividades conmemorativas del Año Internacional de los Bosques figura el intercambio de conocimientos sobre estrategias prácticas que favorezcan la ordenación forestal sostenible y el retroceso de la deforestación y la degradación de los bosques. Con objeto de facilitar la organización de estas actividades, se alienta a los gobiernos a que establezcan comités nacionales y centros de coordinación en sus países respectivos, y a que aúnen sus esfuerzos a los de las organizaciones regionales e internacionales y las organizaciones de la sociedad civil.

Madagascar
La Secretaría del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB) será el centro de coordinación designado para la puesta en práctica del Año Internacional de los Bosques. Es la segunda vez que se asigna a los bosques su propio «año internacional». La primera fue en 1985, cuando el Consejo de la FAO pidió a todos los Estados Miembros que concedieran un reconocimiento especial a los bosques en el curso del año a fin de centrar la atención mundial en la necesidad de conservar y proteger los bosques; despertar la conciencia política y pública en lo relativo a los recursos forestales; identificar y poner de relieve los factores que amenazan a estos recursos forestales; y movilizar a la población, y en especial a los jóvenes, para que participasen en actividades orientadas hacia la protección de los bosques.
Tasmania
La FAO estima que cada año, mas de 130.000 km² de bosques se pierden debido a la deforestación. La conversión a tierras agrícolas, la recolección insostenible de madera, las prácticas de la gestión inadecuada de la tierra, y la creación de los asentamientos humanos son las razones más comunes para la pérdida de zonas boscosas. Según el Banco Mundial, la deforestación representa hasta un 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global y, con ello, al cambio climático. Los bosques constituyen el hábitat de alrededor de dos tercios de todas las especies sobre la tierra y la deforestación de bosques tropicales produce la pérdida de biodiversidad de hasta 100 especies por día.
                                     Bosques en el mundo.
       Los bosques y su ordenación sostenible pueden contribuir
significativamente al desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y el logro de los objetivos
    de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los objetivos de desarrollo del
                                                Milenio.

 

VídeosEl bosque tropical. Un paraíso en peligro muestra cómo la mayor parte de los bosques tropicales se encuentra en países en vías de desarrollo, donde Los problemas sociales y económicos dificultan en gran medida su conservación con recursos propios. Este hecho, junto a otros factores periféricos, propios de cada país, propicia que cada año se pierdan en torno a 15 millones de selvas tropicales. Con su desaparición también se pierde el bosque que mayor biodiversidad alcanza en el planeta. Tras hacer un balance de lo que representa la presencia del bosque tropical para el equilibrio ecológico del planeta, se muestra una reseña histórica de los bosques de Cuba y Guinea Ecuatorial, de la mano de la administración forestal española del siglo XIX y XX, donde los ingenieros de montes tuvieron una presencia muy desigual. La preocupación por el mantenimiento de estos paraísos ha hecho que la comunidad internacional tome medidas encaminadas a su protección, y una de ellas ha sido la puesta en marcha de la certificación de los bosques tropicales. Aunque medidas como estas fomentan su conservación, la opinión de muchos expertos coincide en que el futuro del bosque tropical es ciertamente incierto hasta que no se solucionen la problemática social, económica y política de los países que los contienen

 
 
 
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Olmo, el alma del pueblo

El olmo común (Ulmus minor), al que nos referimos en esta ocasión, pese a no ser autóctono, tiene una larga historia en la península Ibérica que data al menos de tiempos de los romanos. La grafiosis, enfermedad que produce un hongo y dispersa un pequeño coleóptero, ha terminado en unas pocas décadas con una gran parte de estos olmos y afecta a otras especies silvestres. De ahí el valor incalculable de los que han sobrevivido gracias a los tratamientos o a la resistencia frente a esta plaga. Hasta la llegada de la enfermedad, se plantaban olmos en los campos y bordes de los caminos y en el centro de las plazas, donde tradicionalmente ha sido árbol de reunión, alrededor del cual giraba la vida de los pueblos.

Simbiosis en este caso espiritual y poética, o al menos así la entendieron Antonio Machado, que veía en las hojas nuevas del viejo olmo un signo de esperanza, y Vicente Aleixandre, del que se dice que uno de sus últimos deseos fue que le llevaran un puñado de hojas del olmo de Miraflores. Tiempo antes había escrito su poema “El Álamo”, dedicado a ese árbol (álamo es el nombre que recibe el olmo en algunos lugares de España): “En el centro del pueblo / quedaba el árbol grande. Era una plaza mínima, / pero el árbol viejísimo / la desbordaba entera. / Las casas bajas como animales tristes / a su sombra dormían. (…) El álamo: ‘Vamos al álamo.’ ‘Estamos en el álamo’. Todo es álamo. / Y no hay ya más que álamo, que es el único cielo de estos hombres”. Moriría el poeta en 1984 y al poco, en 1989, el árbol de sus versos.

Árbol de concejo

La mitología del olmo es así de rutinaria y honda al mismo tiempo, especialmente en aquellos lugares en los que ha sido árbol de concejo a cuya sombra se celebraban las asambleas vecinales. Y si podemos identificar algunos árboles con países o regiones determinadas, el olmo, sin duda, sería el árbol castellano, pero también de muchas regiones francesas en las que fue el “árbol de justicia”, ya que se celebraban los juicios a su amparo. De ahí la expresión popular attendre sous l’orme (esperar bajo el olmo), que era sinónimo de una espera inútil ya que debió de ser frecuente la incomparecencia de los que debían rendir cuentas en aquellos “juicios del olmo”.

En el mito griego, con los primeros acordes de la lira de Orfeo, llorando la muerte de Eurídice, brotó un bosque de olmos. Virgilio lo sitúa en las regiones infernales que atraviesa Eneas: “En cuyo centro despliega sus añosas ramas un inmenso olmo, y es fama que allí habitan los vanos Sueños, adheridos a cada una de sus hojas”.

Se reproduce por siembra, recogiendo las sámaras hacia mayo o junio y sembrándolas inmediatamente, cubiertas por una fina capa de tierra. Con humedad suficiente germinan rápidamente en el mismo verano. La lucha contra la grafiosis es difícil y costosa. Continúa la investigación sobre cepas resistentes y especies alternativas.

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