Álamo: la voz del viento
Cuando son azotados por la lluvia y el viento, los álamos elevan una oración salvaje y parece que muestran al negro firmamento la hirsuta cabellera de su verde ramaje. La Rebeldía, Pablo Neruda
Las aproximadamente 40 especies de álamos son oriundas del hemisferio norte. Crecen de forma natural en los bosques de ribera, donde encuentran riego constante. Como especies autóctonas, encontramos en la Península el álamo blanco (Populus alba), el chopo (P. nigra) y el temblón (P. tremula). Estos y otros álamos y sus híbridos se plantan por su rápido crecimiento a la vera de los ríos.
En muchas comarcas de Castilla, en las que la deforestación se ha consumado hace ya siglos, el álamo es uno de los pocos árboles que cubren los paisajes desnudos. De hecho, las extensas alamedas que discurren serpenteando por los cauces son los últimos refugios del bosque inmenso que cubrió esta tierra. Proporcionan madera para construir y leña para calentarse, y sus hojas también sirven como comida para el ganado y para hacer buena cama en la cuadra, así como excelente estiércol. En otras regiones mediterráneas los álamos tienen un papel parecido en la economía, la cultura y el paisaje. Antiguamente, en la zona de Bolonia, cuando nacía una niña en la familia, se plantaba una alameda, que se cuidaba hasta su boda, día en que se regalaba como dote.
Durante el verano, el álamo es refugio fresco de pájaros, pastores y rebaños. Una suave brisa habita siempre la alameda agitando las hojas y murmurando en las copas palabras que sólo entienden los poetas. Son ellos, sin duda, los que mejor han traducido al lenguaje de los mortales su inspiración:
“Entre los numerosos pueblos que están siempre de pie, tú, oh álamo susurrante, has sido escogido de una manera conforme al misterio; irás al centro sagrado de la nación; representarás la tribu y nos ayudarás a cumplir la voluntad del Gran Espíritu. Eres un árbol benévolo y de bella apariencia; los pueblos alados han criado a sus familias sobre ti; en ti. Desde la punta de tus ramas altivas hasta tus raíces, los pueblos alados y los cuadrúpedos han hecho sus moradas. Cuando te levantes en el centro del círculo sagrado, serás la nación.” (Alce negro)
La corteza del álamo en polvo–sola o junto a la del sauce– forma parte de varios remedios tradicionales para reducir la fiebre. Las hojas frescas se maceraban en vino para cicatrizar las úlceras y heridas, lavándolas simplemente de forma repetida. Por otra parte, su savia, que se recoge tronchando ramas finas en primavera, tiene una acción depurativa.
Aunque dura poco si se deja a la intemperie y se ve atacada con facilidad por la carcoma, lo cierto es que la madera blanca y ligera de los álamos es apreciada para muchos trabajos de carpintería; desde muebles y estructuras hasta juguetes, cajas y tarimas. En el mundo rural, se hacían las escaleras, las vigas y los cabrios de las casas, además de las camas, ya que es una madera que no cría chinches y que se trabaja muy fácilmente. También se usa de forma industrial para hacer pasta de celulosa, palillos, etc.
Ignacio Abella
Blog de Ignacio Abella:
http://memoriadelbosque.blogspot.com
En Villanueva hay cinco alamedas, de álamo blanco y alguna en formacion con pocos ejemplares, de ellas se cortaban vigas para los tejados, era donde se cortaba y corta el mayo.
– 3 .En Navaltejado
-1 .En las Huertas
– 1.En Navarregajal
Álameda en Navaltejado.
El chopo Lombardo
En nuestro pueblo, nos resulta familiar porque suele ser el que utilizan los Quintos para instalarle en la Carrera a modo de “mayo”. Ahora, en estos meses de verano, junto a los demás árboles y arbustos que forman la esplendida vegetación que rodea nuestro río y arroyos, lucen sus mejores galas, ofreciéndonos el gran espectáculo en la primavera-verano-otoño que tenemos la suerte de poder disfrutar solo con,mirar a cualquier parte del paisaje de Villanueva.
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía
sol del día claro día!
¡Hermosa tierra de España!
("Soledades", Antonio Machado)
"Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua cuando el viento sopla"
(Antonio Machado)
"And the brook, in the rippling measure
Laughs for very love,
While the poplar, in their pleasure,
Wave their arms above."
(Arthur Sullivan)
O les peupliers du bon printemps!
De vert très pâle tout feuillus
Ils disent leur chanson ténue
Et se balancent en chantant.
Leur chat s´en va si frêle et lent
Comme une prière que l´on murmure
Sous la brise subtile et pure,
Un rêve de petit enfant.
Les peupliers du bon printemps
Se balancent sur fond d´azur
Et semblent en leur doux murmure
Caresser le ciel en priant.
Paul Gerardy (1870-1933). Pages de Joie.